El futurismo es un movimiento de vanguardia en la literatura y el arte que se desarrolló a principios del siglo XX, principalmente en Italia.
En pintura y escultura, el futurismo italiano se convirtió en precursor de muchos descubrimientos y movimientos artísticos posteriores. Por ejemplo, Boccioni, que utilizaba diversos materiales en sus obras (vidrio, madera, cartón, hierro, cuero, ropa, espejos, bombillas eléctricas, etc.), se convirtió en el precursor de un movimiento artístico tan moderno como el arte pop. En sus obras futuristas, Balla buscaba combinar forma, color, movimiento y sonido.

El futurismo es el arte del antihumanismo, que se supone refleja la llegada de la era de la tecnología. El futurismo puede expresarse en tres palabras «M»: ciudad, máquina y masa. Dos características principales del futurismo: en primer lugar, el nuevo arte no se interesa en absoluto por los seres humanos. El psicologismo se declara anarquismo. El psicologismo es un rasgo característico de la literatura burguesa moribunda. Si te interesa el alma, aprende la máquina. En segundo lugar, este arte se caracteriza por un dinamismo excepcional, la poetización del movimiento, la velocidad y la búsqueda visual de medios para representar el movimiento. Detenerse es malo, así que los futuristas utilizaron los siguientes principios de dinamización («aceleración») de su texto artístico: los textos se escribían sin puntuación, sin mayúsculas ni minúsculas. Según los futuristas, los adjetivos y las preposiciones son los que más obstáculos crean al movimiento. El verbo pasa a primer plano. El futurismo es una negación total, incluso de la estética. El ruido de la ciudad se considera la música de la ciudad. Predominaba la poetización de lo feo y la antiestética: algunos futuristas, por ejemplo, publicaban sus obras en papel pintado.

Rasgos definitorios del futurismo:

  • rechazo de la cultura tradicional (especialmente de sus valores morales y artísticos);
  • deseo de innovación, rebeldía y ruptura de tradiciones;
  • cultivo del urbanismo (estética de la industria maquinista y la gran ciudad);
  • entrelazamiento del material documental con la ficción;
  • en poesía, la destrucción del lenguaje convencional, el uso de «palabras libres».