A finales de los años 40 y principios de los 50, todas las escuelas de arte occidentales, incluido el Surrealismo, fueron relegadas a un segundo plano por el Abstraccionismo.

El abstraccionismo es un movimiento de las artes visuales del siglo XX que rechaza por completo la representación realista de objetos y fenómenos (dadaísmo, cubismo, surrealismo).

La definición más famosa de abstraccionismo pertenece al apologista de este movimiento, el crítico de arte y artista francés M. Seurat. Llamó abstracto a todo arte que no contiene ningún recuerdo de la realidad, ninguna respuesta a esta realidad. Es el arte «sin objeto». De hecho, es difícil encontrar algo en los lienzos de los abstraccionistas que se parezca al mundo ordinario que nos rodea.

El abstraccionismo puede considerarse una victoria perfecta de los principios de deshumanización del arte. Estos principios son: ausencia de argumento; superación del modo antropomórfico de existencia artística (negativa a representar cualidades humanas, peculiaridades del pensamiento que programan nuestra percepción de la realidad); antimimetismo (no herencia de las formas de la realidad, negativa a reproducirla); fragilidad estructural, desarmonía, incertidumbre y entrada formal en el «cero completo»; creación de un lenguaje fundamentalmente distinto del texto, una nueva gramática, cuyas reglas son la arbitrariedad, el movimiento, el ritmo, la disposición de las masas de color en el espacio. El abstraccionismo no es un reflejo del mundo exterior e interior, sino la creación de otra realidad, una armonía soberana sin tener en cuenta la realidad y la humanidad.

La nueva generación de abstraccionistas que llegó al arte después de la Segunda Guerra Mundial (J. Pollock, W. de Kooning, etc.), continuando la búsqueda de los abstraccionistas de principios de siglo, desarrolló nuevas técnicas y medios. En particular, el pintor estadounidense Jackson Pollock (1912 – 1956) se convirtió en el fundador del «expresionismo abstracto». Puso el acento en el propio proceso de creación artística, que se convirtió en un fin en sí mismo. Este es el origen de la llamada pintura de acción. En el proceso de trabajo, el artista aplica pinturas al lienzo de forma caótica e impulsiva. Para ello utiliza no sólo pinceles, sino también palos, cucharas, etc. Todo ello respondía al principio de automatismo psicológico, que también se utilizaba en el Surrealismo.

El abstraccionismo es un fenómeno extremadamente controvertido en términos culturales y estéticos. Por un lado, los experimentos de los abstraccionistas en el campo de la armonización del color y la forma son utilizados activamente por artistas de distintas direcciones, aplicados en el diseño, las artes aplicadas, el cine, el teatro y la televisión. Por otro lado, el abstraccionismo elimina de hecho el criterio de habilidad artística y abre el camino del arte a personas que están lejos de él.