Los nuevos estilos arquitectónicos suelen estar vinculados a la evolución social, económica y política de su época. Así ocurrió en el siglo XX:

Los avances industriales y tecnológicos cambiaron la forma de diseñar los edificios. Los conceptos y características resultantes siguen inspirando los diseños contemporáneos.

Moderno: formas geométricas y elementos vegetales

Tras el lujo y la extravagancia del siglo XIX, los «padres del modernismo» tomaron un camino completamente distinto: sus estilos vanguardistas contrastaban fuertemente con el historicismo y su estética pomposa.

Combinando artesanía y expresión creativa, el Art Nouveau se convirtió en el precursor de la arquitectura modernista del siglo XX. Gracias a las obras de Antoni Gaudí, Otto Wagner o Joseph Hoffmann, este movimiento alcanzó su apogeo entre 1890 y 1910.

Expresionismo: puntiagudo, redondeado, dentado

Entre 1910 y 1925, los arquitectos del centro y norte de Europa intentaron visualizar sus emociones a través de un nuevo estilo de construcción. El expresionismo se alejó del enfoque objetivo y racional del funcionalismo, que estaba ganando popularidad en aquella época. Famosos representantes de la arquitectura expresionista de principios del siglo XX fueron Erich Mendelssohn, Fritz Hager, Hans Polzig y Bruno Taut.

Funcionalismo: sencillo y claro

El término «funcionalismo» hace referencia a un nuevo enfoque que sentó las bases de varias épocas arquitectónicas del siglo XX. Diseñadores y arquitectos se centraron en la finalidad y utilidad de los edificios: pioneros como Le Corbusier siguieron un concepto basado en la razón y la lógica. Durante el periodo de construcción posterior a la Segunda Guerra Mundial, el funcionalismo cobró importancia para el desarrollo urbano.

Bauhaus: menos es más

La llamada Bauhaus llevó el funcionalismo a la vanguardia a escala internacional. Lo que empezó como un experimento se ha convertido en el estilo de construcción más influyente de Alemania. A pesar de que la Escuela de la Bauhaus sólo existió entre 1919 y 1933, configuró la arquitectura del siglo XX como ninguna otra. Sus representantes más famosos son antiguos profesores, como Ludwig Mies van der Rohe y Marcel Breuer, así como el padre fundador, Walter Gropius. Hoy, la arquitectura de la Bauhaus es más popular que nunca entre los constructores. Basada en el lema «la forma sigue a la función», inspira muchos proyectos modernos.

Estilo internacional: acero, cristal, hormigón sin revocar

Desde los años 20, el funcionalismo y la Bauhaus se fusionaron en el llamado Estilo Internacional. Este movimiento demostró el concepto de arquitectura objetiva y con propósito a través de varios edificios del siglo XX en todo el mundo. Todavía se pueden encontrar rascacielos y complejos de oficinas del Estilo Internacional en muchas metrópolis de Europa y Norteamérica.

Arquitectura orgánica: curvas inspiradas en la naturaleza

Situando al ser humano en el centro de atención, la arquitectura orgánica también se conoce como «arquitectura antroposófica». Este estilo pretende diseñar edificios que se integren auténticamente en el paisaje circundante. Siguiendo a Rudolf Steiner, fundador de la antroposofía, arquitectos del siglo XX como Frank Lloyd Wright, Antoni Gaudí y Hugo Gehring se inspiraron en la naturaleza entre 1920 y 1970. El Goethaneum, sede de la Asociación General Antroposófica, y la Freie Hochschule für Geisteswissenschaft, cerca de Basilea (Suiza), son ejemplos típicos de construcción orgánica.

Deconstruccionismo: surrealista y oblicuo

A medida que las rígidas reglas del funcionalismo eran cada vez más criticadas, surgió una nueva tendencia en la década de 1980. La tecnología moderna abrió nuevas posibilidades y allanó el camino a estilos experimentales como el brutalismo y el deconstructivismo.

En el contexto de la arquitectura del siglo XX, deconstructivismo no significa únicamente la «deconstrucción» literal de los edificios. Más bien, este estilo pretendía romper con las convenciones arquitectónicas posmodernas. Su padre fundador, Frank Gehry, diseñó su residencia privada basándose en los principios del deconstructivismo en 1988. Posteriormente, famosos arquitectos del siglo XX como Zaha Hadid, Bernard Chumi y Daniel Libeskind crearon obras maestras con las mismas características.